La ruta serpentea a través de un paisaje casi monocromático y el horizonte parece fundirse con el cielo allí donde coinciden las cumbres nevadas y las nubes bajas del invierno. Cuando te das cuenta, estás en medio de un paisaje de ensueño, donde la naturaleza muestra todo su esplendor.
La Ruta de los Siete Lagos se transforma con cada estación y en invierno, la experiencia de recorrerla es única. El aire fresco y puro acaricia tu rostro, mientras tus ojos se maravillan ante la sinfonía de colores fríos que se despliega frente a vos y cada paso te sumerge más en la belleza invernal de la Patagonia. Disfrutar y conectar con el entorno es la consigna, siguiendo este camino que te transporta desde el Parque Nacional Lanín e ingresás al Parque Nacional Nahuel Huapi. No vas a tener señal de celular en toda la ruta, ¡pero usalo para sacar lindas fotos!
Fotografía de @gusariase
Empezando desde San Martín de los Andes, el Lago Lácar te da la bienvenida a esta emblemática ruta y empezás el recorrido bordeando su margen sur. Habrás hecho apenas unos kilómetros cuando encontrás el acceso a la playa Catritre, y también a la Villa Quila Quina, que que en épocas más cálidas atrae a locales y turistas para disfrutar del lago. Un par de curvas después, está el Circuito Arrayán, un paseo por el bosque que vale la pena recorrer en tu visita a San Martín de los Andes.
Sólo basta con hacer unos pocos kilómetros más por la Ruta 40 para adentrarte en lo profundo de la Patagonia, donde lo único que hay alrededor es naturaleza. Las montañas escarpadas cubiertas de nieve, los bosques pintados de blanco y los cielos con nubes que anuncian frío te van a acompañar durante los 96 km que dura este increíble paseo. No te pierdas la postal que podés fotografiar desde el mirador del Pil Pil. A unos 20 minutos de haber empezado la travesía te encontrás con el acceso al Cerro Chapelco, que te invita a difrutar deportes de nieve o un café en los restaurants que hay en la base para después seguir tu recorrido.
Justo antes de llegar al segundo lago del circuito, cruzás el Río Hermoso y a mano izquierda se abre la ruta que te lleva a Villa Meliquina. Podés animarte a recorrer los 15km de ripio y conocerla, o guardarte el dato para volver a este pintoresco lugar en otra ocasión.
Unos minutos después ves el lago Machónico, que con su superficie casi congelada siempre regala hermosos reflejos del cielo y los picos nevados que lo rodean. Y muy pronto te encontrás con el ingreso al Lago Hermoso Ski Resort, un complejo invernal nuevo que ofrece pistas de ski o acceso peatonal para pasear en la nieve. Ideal para pasar el día en familia. Después de pasar por la capilla San Huberto, está el camino que conduce al lago Hermoso, que hace honor a su nombre. Es un lago no se ve desde la ruta y por eso no está en el listado de “los 7 lagos”, pero definitivamente es un lugar que tenés que agendarte para cuando vuelvas en otra estación. En invierno, la entrada es complicada por la nieve y el ripio.
Más adelante te va a sorprender la cascada Vullignanco, que está señalizada a mano derecha. ¡Tomate unos minutos para adrmirarla! Y cuando no lo esperás, el lago Falkner aparece imponente, y captura en sus reflejos la grandeza de los cerros circundantes. El silencio se adueña del ambiente, sólo interrumpido por el sonido de tus pasos que hacen crujir la nieve cuando te detenés para sacar una foto. A pocos metros te espera la serenidad del lago Villarino. Respirá profundo, admirá el paisaje y dejate llevar por el encanto de la naturaleza invernal. En estos dos lagos hay espacio para hacer un picnic, y también fogones autorizados que podés usar (recordá siempre llevarte tus residuos y sólo hacer fuego en lugares donde está permitido).
Estás casi a mitad de camino y llegás muy pronto al lago Escondido, un tesoro oculto entre los árboles, que te da una sensación de conexión íntima con la naturaleza. Abrí tus sentidos para percibir la absoluta paz, más aún cuando abunda la nieve. Siguen unos kilómetros de pura ruta, ideales para escuchar tu música favorita y dejarte cautivar por la hermosura del bosque, bien verde y tupido, con pinceladas de blanco que lo hacen brillar. Vas a pasar por el camino que te lleva hacia el Camping Pichi Traful, y luego por el sendero que lleva a las Cascadas Ñivinco. Agendalos para visitar en verano. Más adelante pasás por el desvío que lleva a Villa Traful, otro de esos lugares que tenés que proponerte visitar alguna vez en la vida.
Casi media hora después, el lago Correntoso te va a dejar sin aliento mientras te detenés para observarlo desde el mirador, que balconea a un paisaje soñado. También podés detenerte en el puente sobre el Río Ruca Malén, donde el río, la hostería abandonada y el lago de fondo te regalan una postal digna de fotografiar. Unos metros antes vas a haber pasado por el acceso a la playa del lago Espejo Chico, un lugar espléndido para conocer en verano (el camino suele estar cerrado en invierno).
Continuando la travesía, la ruta pasa al lado de la laguna Bailey Willis y llegás al impresionante lago Espejo. Debe su nombre a los hermosos reflejos de las montañas y bosques que lo rodean. Sumale la nieve en el paisaje y se convierte en un lugar donde podés perder la noción del tiempo. No te pierdas el mirador, pero tampoco dejes de acercarte al lago en la Bahía Guardaparque, un lugar de acampe diurno con una vista espectacular.
Video de @meypullol
Unos 7 kilómetros después, llegás al fin de la Ruta de los 7 Lagos, donde la ruta se bifurca para conducir a Villa la Angostura a la izquierda, o a Chile a través del paso internacional Cardenal Samoré a la derecha. Podés desviarte unos 500m para el lado de Chile y disfrutar de otro mirador espectacular del lago Espejo. Y si estás con ganas de caminar un rato, unos 2km más adelante está el sendero que conduce al Brazo Última Esperanza, una playa casi escondida del lago Nahuel Huapi.
Casi llegando a Villa la Angostura te recibe, un octavo lago: el grandioso Nahuel Huapi. Sus aguas se extienden hasta donde alcanza la vista, y podés contemplarlo en todo su esplendor en el mirador Inalco. Este enorme lago oficia de límite sur entre las provincias de Río Negro y Neuquén, por eso lo podés disfrutar también desde Bariloche.
Ya entrando a la zona urbana de Villa la Angostura, pasás por el puente sobre el Río Correntoso, el que muchos dicen es el río más corto de la Argentina. Sus aguas rápidas muestran un azul profundo y unen los lagos Nahuel Huapi y Correntoso, regalándote una última postal de tu recorrido por los 7 Lagos.
Cada rincón de esta famosa ruta te va a regalar paisajes y sensaciones que se van a grabar en tu memoria para siempre. ¡No te lo pierdas!
Video de @gusariase