Salta, con sus colores vibrantes y su rica herencia cultural, es un destino que fusiona lo histórico con lo contemporáneo. Sus paisajes variados y su arquitectura colonial ofrecen un lienzo perfecto para explorar la esencia del noroeste argentino. Te dejamos aquí una propuesta para 5 días:
Día 1 – Salta capital
Inicia con un city tour explorando la rica historia de Salta. Puedes contratar un tour guiado o hacerlo vos mismo, recorriendo las calles coloniales perfectamente conservadas del casco céntrico. Vas a poder visitar mercados, iglesias y museos, y admirar su arquitectura. Algunos imperdibles: la Catedral Basílica, el Museo Güemes y el Museo de Arqueología de Alta Montaña. Date el gusto de disfrutar la gastronomía local en alguno de los restaurantes del centro: empanadas, tamales, preparaciones con quinoa y dulce de cayote son algunos de los clásicos de Salta.
Día 2 – Roadtrip: Cuesta del obispo y Parque Nacional Los Cardones
Con el mate en el auto, sal de Salta por la ruta 68 hasta El Carril y ahí desvíate por la ruta 33. Vas a estar camino a la espectacular ruta escénica de la Cuesta del Obispo. Las vistas panorámicas durante todo el camino te van a dejar sin aliento. Al llegar al punto más alto, la Piedra del Molino, puedes continuar por la ruta 33 en direccción a Cachi y aprovechar para recorrer el Parque Nacional Los Cardones. Hay senderos de variada dificultad y extensión para caminar entre cardonales espectaculares. A la tarde, vuelve a Salta para descansar y ¡no te pierdas las peñas de la calle Balcarce!
Fotografías: Turismo Salta
Día 3 – Paisajes y vinos: Quebrada de las Conchas y Cafayate
Sumérgete en una de las rutas más espectaculares de Argentina para llegar de Salta a Cafayate, la Quebrada de las Conchas. Las formaciones rocosas a lo largo de la ruta 68, que une ambas ciudades, te van a cautivar con su belleza. Puedes detenerte en distintos puntos panorámicos para observar el hermoso paisaje inundado de formaciones rojizas. Además, aprovecha el viaje a Cafayate y visita alguna bodega y el Museo del Vino. Acordate de probar el torrontés, que es la cepa típica de la zona.
Día 4 – Día de aventura: Iruya o Tolar Grande
Iruya es un pequeño pueblo inmerso en las altas montañas salteñas, rodeado de increíbles paisajes y con una cultura vibrante. Para llegar necesitas disponer de todo el día, y puedes alquilar un vehículo adecuado para ir, o contratar una excursión guiada. Otra opción es Tolar Grande, donde también puedes llegar por tu cuenta o con un tour. La zona es muy amplia y con muchas opciones. Por eso te sugerimos investigar y elegir qué vas a querer hacer allí: visitar el Salar de Arizaro y el Cono de Arita, hacer alguna salida de trekking en la montaña, conocer la Laguna Blanca o un recorrido histórico por la Mina Julia.
Día 5 – Despedida de Salta: artesanías y vista panorámica.
Si hay algo que tienes que hacer antes de emprender el regreso, es conocer el Cerro San Bernardo. Es un pequeño cerro en la ciudad de Salta, al que se puede subir a pie, en bicicleta, en automóvil, o en teleférico. Desde arriba, vas a tener hermosas vistas panorámicas de la ciudad y todo el Valle de Lerma. En la cima hay confiterías y una pequeña feria de artesanías. Y si quieres dedicar el día a hacer compras, en la ciudad hay muchas opciones de ferias e incluso el Mercado Artesanal, que funciona en una casona antigua. Y si te gusta sumergirte realmente en la cultura local, te sugerimos visitar el Mercado Municipal: allí se venden productos de todo tipo, desde artesanías hasta productos frescos de consumo cotidiano.
Fotografías: Turismo Salta
Como verás, Salta te invita a sumergirte en sus colores vibrantes, su cultura cautivadora y su exquisita gastronomía. Un viaje que deleitará todos tus sentidos.
