La Provincia de Misiones nos conecta inmediatamente con las Cataratas del Iguazú. Pero Misiones es mucho más. Es caminar la tierra roja arcillosa, es dejarse hipnotizar por el fluir incesante de las aguas del río Uruguay que abraza al magnánimo río Paraná; es asombrarse al internarse en la selva, es extasiarse con el canto de las aves, es deleitar el paladar con un bocado de chipa recién salido del horno y con un rico mate amargo, es rememorar Los Cuentos de la Selva de Horacio Quiroga, es redescubrir la exuberante acuarela de vida natural, donde la selva paranaense se enlaza con la majestuosidad de las aguas. Es viajar al corazón de la Tierra sin Mal.
En el Aeropuerto 2000 IGR, nos da la cálida bienvenida Shirley Tamara Rodríguez, supervisora de la Oficina del Ministerio de Turismo y excelente anfitriona. El entusiasmo por Iguazú es mutuo, y en cuestión de segundos nos enfrascamos en una amena charla como si nos conociéramos de toda la vida. Shirley nos transmite su emoción y devoción por su amada Tierra.
“Misiones es Tierra Santa”, nos afirma. Es tierra fértil, regada por los sueños de cada inmigrante, que supo hacer de ella su hogar. Misiones es Naturaleza Viva, con sus paisajes, su monte, su selva. Misiones es música para el alma, cuando cantan las aves. Es esperanza en la mirada de sus gurises. Misiones también es calor fraternal, de aquel abrazo que no te hace sentir tan lejos de casa. La Tierra sin Mal arraigada por nuestros hermanos Guaraníes, nos enseña que es posible vivir en el Paraíso. El caso es que la Tierra es vida, la tierra es libertad.
A 300 km. de Posadas, capital de la Provincia, se encuentran las Cataratas del Iguazú. Llevan el nombre del río que las forma, con más de 200 saltos de agua. Con sus afamadas Garganta del Diablo, Bosetti, Dos Hermanas, San Martín, Adán y Eva, Tres Mosqueteros y Rivadavia, hay mucho por descubrir.
Y-Guazú que en guaraní significa “agua grande” nos invita a un encuentro íntimo, que nos permite experimentar la energía de los sonidos, el bramido del agua y la frondosidad de su selva.
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Puerto Iguazú, la puerta de entrada
La localidad de Puerto Iguazú se ubica en las proximidades de la desembocadura del río Iguazú y cuenta con una gran afluencia turística debido a su cercanía con el Parque y Reserva Nacional Iguazú y con Brasil y Paraguay. Fue fundada en 1901 con el nombre de Puerto Aguirre, pero ya en 1951 recibió su actual denominación.
Por la Av. Costanera, lindante con el río Iguazú, se pueden observar hermosas vistas del curso de agua y también de la Ciudad, hasta alcanzar el Hito de las Tres Fronteras. Allí, los ríos Iguazú y Paraná unen tres países: Argentina, Paraguay y Brasil.
Actualmente la ciudad cuenta con variedad de alojamientos, de distintos estilos y categorías. Y también una nutrida oferta gastronómica que permite disfrutar sabores locales.
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Parque Nacional Iguazú. Donde el agua nace en la Selva
El Parque Nacional Iguazú es el hogar de nuestros guardianes. Son las manos laboriosas y los ojos atentos de aquéllos que velan por el cuidado y resguardan así el tesoro del que podrán disfrutar las nuevas generaciones.
Fue creado en 1934 y es una maravilla natural que no podés dejar de visitar. Con una extensión de 67.620 hectáreas, es una de las áreas protegidas más espectaculares de la Argentina. Es la eco región con más biodiversidad de flora y fauna de Argentina, y por eso su protección y conservación está a cargo de Parques Nacionales. Así nos explica con mucha dedicación Florencia Biondi, quien se desempeña en Educación Ambiental del Parque Nacional Iguazú y nos recibe en el Centro de Visitantes.
Visitar el Parque Nacional Iguazú es, sin duda, conectarse con la naturaleza de la selva y descubrir diferentes especies de flora y fauna características de la selva misionera. Abre sus puertas a las 8 de la mañana y cierra al público a las 18 horas.
El Parque Nacional Iguazú fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1984, y es un destino obligado para los amantes de la naturaleza.
Una oda a la biodiversidad
Se sabe que el Parque Nacional Iguazú es uno de los tesoros naturales más biodiversos del planeta, pero vivir la riqueza de su flora y fauna en primera persona es una experiencia en sí misma. “Después de las 18 horas, empieza la fiesta”, relata Florencia con una amplia sonrisa.
Tan pronto como parten los visitantes, todo se vuelve más vivo y los habitantes naturales retoman su espacio, libres de todo ser humano. Las pasarelas metálicas vuelven a estar vacías, se silencian las voces de niños, de grupos familiares y de amigos, de cámaras fotográficas. Y es allí cuando la selva recobra su protagonismo.
Fotografías: Karina Roman
Tucanes inquietos, urracas bulliciosas, mariposas multicolores, coatíes con su hocico alargado y su cola anillada, monos caí o capuchinos activos, aves de todos los tamaños, tapires, yacarés y yaguaretés, conviven dentro del Parque y tienen un rol fundamental en el ecosistema y en los procesos ecológicos de la selva. El encuentro con los visitantes es muy frecuente y hasta esperado. Todo es exuberancia, con matices de los más variados colores. Un espectáculo visual que enciende todos los sentidos.
Dentro de esas especies animales, se encuentra el mono Caí (Sapajus apella) conocido también por mono capuchino o manicero. Es una de las especies de primates más comunes que vive en la selva misionera, y se alimenta de distintas plantas, frutas, semillas, insectos y huevos de pájaros. Vive en grupos que recorren la selva buscando alimento, cuidándose entre sí. Se sienten muy seguros trepando de rama en rama, por ese motivo, en los caminos internos del Área Cataratas del Parque Nacional Iguazú, hay distintos pasa fauna aéreos para que puedan desplazarse de árbol en árbol sin tocar el suelo. Encontrarse con un grupo de monos Caí es asegurarse un espectáculo genuino que divierte y que también genera conciencia y respeto.
Fotografías: Juan Oscar Dominguez
Durante el recorrido abundan los carteles que remarcan no alimentar a los animales. Lo que para muchos podría ser una gracia, para los animales es totalmente nocivo.
Claro que párrafo aparte merecen los felinos. El más representativo y declarado Monumento Natural Nacional de Argentina en 2001, categoría máxima que le asigna la Administración de Parques, es el yaguareté. Lamentablemente la caza furtiva, la degradación de su hábitat natural, el atropellamiento en rutas que atraviesan áreas protegidas, así como la extinción de las presas naturales que son su alimento, impacta contra esta especie tan emblemática de Argentina.
Es por ello que se inauguró un nuevo centro de visitantes temático “Territorio Yaguareté”. Su objetivo es dar a conocer esta especie esencial dentro del ecosistema de la selva paranaense. Este nuevo espacio de difusión científica en un lenguaje sencillo para los visitantes, busca educar y sensibilizar sobre la situación actual del yaguareté en Argentina. El ingreso está incluido en la entrada al Parque y forma parte de los atractivos turísticos de las Cataratas para promover la conservación de esta especie de nuestra selva y cultura.
Fotografía: Karina Roman
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Cataratas del Iguazú – Maravilla Natural del Mundo
Dentro del Parque Nacional, se encuentran las afamadas Cataratas del Iguazú, con 275 saltos que se precipitan desde una altura de 80 metros, admirables desde diferentes perspectivas. Aunque ocupan sólo el 1% de la superficie del parque, las Cataratas son la atracción principal, de acceso público. Además, ¡son una de las Siete Maravillas Naturales del Mundo!
Desde el circuito Inferior y Superior, podés encontrar distintos puntos panorámicos para la observación de los saltos y de las islas vecinas. La famosa Garganta del Diablo, con su afamada caída con mayor caudal del mundo, donde puede vivenciarse la fuerza y la magnitud del agua, esta vez se encuentra cerrada al público debido las crecidas del río Iguazú, hasta nuevo aviso. 1,5 millones de litros de agua caen con la misma velocidad de un pestañeo. Es un hechizo mágico.
Justo enfrente, se ve la costa brasilera del Parque Nacional do Iguacú, que no es otra cosa que los mismos saltos o cascadas. Sin embargo, la experiencia es distinta. Mientras del lado brasilero se aprecia una panorámica de las cascadas , del lado argentino se vivencian desde la pasarela que se introduce en el corazón de los saltos. Se suma a la experiencia la posibilidad de acercarse en lancha y empaparse (y empacharse) de pies a cabeza de agua dulce. De incomparable belleza e imponencia, las aguas se vaporizan formando una bruma constante. Con los rayos de sol forma cambiantes arcos iris que enmarcan aún más el soberbio paisaje.
Las Cataratas pueden admirarse con detenimiento, ya que las pasarelas brindan acceso privilegiado a las mismas y balconean cada rincón de la espesura de la vida natural. Los circuitos habilitados a abril del 2024 son: Inferior, Superior, Sendero Verde y Sendero Macuco.
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Majestuoso escenario verde, tupido y misterioso de la Tierra sin Mal.
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Cuenta una leyenda guaraní que transporta a tiempos antiguos, que en la región habitaba una serpiente gigante llamada Boi, temida por los indígenas guaraníes, la cual exigía una ofrenda anual: una joven doncella, a quien debían arrojar al río para evitar las maldiciones de la malvada serpiente. Según el relato, un joven cacique llamado Tarobá se enamoró profundamente de Naipí, una de las doncellas destinadas al sacrificio. Determinado a evitar la tragedia, Tarobá escapó con Naipí en una pequeña canoa durante la noche.
Al descubrir la huida, Boi se enfureció y, con su lomo encorvado, partió el curso del río, creando así las majestuosas Cataratas del Iguazú. En su ira, atrapó a Tarobá y a Naipí: él se convirtió en los árboles que coronan las cascadas, y su cabellera se transformó en la caída de las aguas. Boi se sumergió en la Garganta del Diablo, desde donde vigila a los amantes. Sólo el arco iris puede unir a los amantes.
Para el que mira sin ver, la tierra es tierra nomás… (Atahualpa Yupanqui).
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Paseo de Luna llena. La profundidad de la noche, en la selva misionera
Capítulo aparte merece el paseo de luna llena, que tuvimos el inmenso placer de realizar recientemente. Programamos el viaje para coincidir en tiempo y lugar con la salida de la luna y, aunque sabíamos que la Garganta del Diablo se encontraba cerrada al público, el paseo nocturno fue un irresistible.
Se ofrecen tres horarios disponibles: 19.45; 20:30 y 21:15 horas. Se realiza solamente 5 noches cada mes, en el Circuito Superior del Area de Cataratas, y siempre que las condiciones climáticas lo permitan (si el cielo está nublado e imposibilita la luz de la luna o llueve, el paseo se suspende). Hay que hacer la reserva de manera anticipada on line, ya que los cupos son limitados.
El paseo comienza puntual. Luego de una recepción y recomendaciones a tener en cuenta al momento de recorrer las pasarelas de Cataratas de noche, realizadas por personal Guardaparques, una familia guaraní nos dio la bienvenida con cantos típicos de su pueblo. Si tuviere que encerrar en una sola palabra la experiencia, diría que es intensa.
Caminar las pasarelas en silencio, escuchar los sonidos de la selva, sentir el aroma de la vegetación, la brisa húmeda, y el rugir de las aguas iluminadas por el brillo de la luna, es único.
Se agudizan los sentidos, se dilatan las pupilas, el olfato se profundiza y el oído toma la delantera para conducirnos por los pasillos metálicos, atentos a… lo impredecible. Es una de las experiencias más exclusivas e inolvidables que se ofrecen en las Cataratas del lado Argentino. Un espectáculo imborrable que permanecerá por siempre.
TIPS PARA TU VISITA A IGUAZÚ
- Respetar las indicaciones de los carteles.
- Llevar calzado cómodo.
- Caminar y mantenerse sobre las sendas habilitadas.
- NO está permitido alimentar a los animales; perjudica su salud y expone a eventuales ataques.
- La flora es un recurso protegido. No dañar ni cortar ramas ni flores.
- Respetar la tranquilidad del lugar. Los ruidos exagerados son una fuente de contaminación.
- Llevar agua, gorro, protección solar y, además, repelente para insectos.
- Ante cualquier duda, contactar al Guardaparque.